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No sé cuántas veces pasaré por episodios altamente sonrojantes en mi vida cotidiana fuera de mi mundo como modelo webcam pero si de algo me he dado cuenta es que ser modelo alternativa no viene con un manual de instrucciones o un menú de encendido y apagado; sé que en varias entradas he hablado acerca de las bolas Ben-Wa, a veces parece que les rindo tributo, pero es que en mi vida sexual han cambiado infinidad de cosas, recuerdo mucho que durante una semana del mes de abril mientras las estrenaba, creo que me excedí en su uso, quizás por la emoción que provocan al moverse dentro de mi vagina.
Resulta que en esa semana de estrene me fijaron una sesión de fotos al lado de quince modelos y como diez fotógrafos, la sesión era de dominación y sumisión y algo de Shibari, para empezar mi día les cuento que antes de salir tuve varios orgasmos, iba muy tentada, al llegar a la sesión no conocía a la mayoría de gente, me senté a escuchar lo que hablaba un grupo en una mesa cuando de repente una chica me dice que un perro lleva unas tangas rojas en su hocico, ¿tangas rojas?, me quede pensando como quince segundos y recordé que yo había comprado unas bellas tangas de ese color, así que en par segundos ya me encontraba en disputa por unas tangas con un perro quien por supuesto no me las quería devolver pese a que le ofrecimos una hermosa pelota roja, al final las recupere y no lo creerán pero que tangas tan buenas ni un rasguño les hicimos.
Continuando con mi anécdota les cuento que durante la sesión mis orgasmos volvieron así que varias veces tuve que entrar al baño a limpiarme y salir de nuevo desnuda, eran las 3:30 de la tarde aproximadamente cuando llego un chico experto en Shibari, yo ya estaba desocupada y con ganas de irme porque estaba ansiosa y no quería pasar un buen momento frente a tanta gente, cuando empecé a vestirme uno de los fotógrafos me mira y mira al chico del Shibari, le dice que si se puede conmigo, él dijo que no estaba seguro, me preguntaron y yo dije que sí, empecé de nuevo a desnudarme me colocaron las cuerdas para suspenderme, me suspendieron e iniciaron la sesión de fotos.
Después de quince minutos de sesión me dice el fotógrafo que pose encima del chico del Shibari, que coloque mi vagina sobre su abdomen, ¿recuerdan mis bolas Ben-Wa?, empezaron a surtir efecto nuevamente, tras cada flash de foto tal vez mi rostro contenía más deseo así que el chico de las fotos encantado porque estaba logrando buenas tomas, lo que no sabía es que mi cara era producto de una cantidad de orgasmos que estaba intentando controlar, sentir la piel de otra persona y el calor sobre mis labios vaginales fue algo muy sugestivo para una mente como la mía, empecé a sentir calor, sed, temblor, el chico sobre el que me senté me pregunta que si estoy bien, le dije que sí, termino mi sesión, sabía que algo se había salido y no había como cubrirlo así que Caprice, que la fuerza te acompañe porque es hora de levantarte y lo que está reteniendo tus labios vaginales va a caer sobre el abdomen de ese chico, tarannnnnn, me levante solo un poquito y ahí estaba mi amado cum diciendo hola querida me recuerdas, siempre caliente y de improvisto, mire al chico, me dijo levántate tranquila, levántate noooo con tanta gente, me quede unos segundos más sobre él pensando que podría hacer, el vuelve y me dice que esté tranquila me ayuda a levantar porque aparte de venirme también tenía mis manos amarradas a mi espalda así que ni modo de limpiarlo, el súper respetuoso por mi cuerpo y mis fluidos se levantó con mucha cautela y se fue a limpiar, pensé que no volvería a mirarlo a la cara, tenía pena pero como si eso importara después le dicen que otra conmigo, por supuesto yo ya tenía ropa interior y por supuesto me seguía viniendo, yo dije que no y lo mire con cara de auxilio trágame tierra no de nuevo, todos me miraron y pensé a lo hecho pecho bájame la ropa interior, él la baja y se da cuenta, le dice al fotógrafo, ¿tienes la foto?, él dice que sí, sube mi ropa interior y de inmediato voy al baño a ponerme pantalones y a alistarme para irme.
Termino mi lindo día, a veces nos encontramos y recordamos esta bella anécdota, son cosas únicas en la vida de mujeres como yo.
